Industrias de papel

MOLINOS PAPELEROS DEL ARROYO DE LA MIEL


HISTORIA Y DESCRIPCIÓN

En 1784 el genovés Félix Solecio compra el cortijo de Arroyo de la Miel con la intención de construir seis fábricas de papel (papel blanco y de estraza) para proveer a la Real Fábrica de naipes de Macharaviaya. Si bien las fábricas abandonan su producción en 1806, su infraestructura y viviendas son el origen del actual núcleo urbano de Arroyo de la Miel. A partir de este momento comienza el poblamiento de todo el municipio favorecido por él, cada vez más concurrido tráfico comercial entre Málaga y toda la costa. 



Solecio decide instalar el complejo papelero en  el cortijo de Arroyo de la Miel debido a la abundancia de agua que no menguaba en verano pro- veniente del manantial de El Cao, actual calle Nacimiento. En los primeros años de funciona- miento de la Real Fábrica había sido necesario traer el papel de Génova, Cataluña, Valencia y más tarde Torremolinos. Ante esa situación nada productiva, Solecio busca una ubicación adecuada para la construcción de batanes papeleros propios que solventaran la falta de materia prima a buen precio. 

Se levantan fábricas, viviendas, un acueducto y se procede también a explotar agrícolamente las tierras del cortijo. En 1790 los molinos ya estaban construidos, llegando a contar en su momento de mayor auge con seis molinos papeleros, diez viviendas para los operarios y tierras dedicadas a viñas, caña de azúcar. Higueras, olivos, etc. El empresario genovés encauzó las aguas del Nacimiento, levantó una presa, seis molinos e papel, una tenería, acequias, acueductos y toda una infraestructura para abastecer de energía hidráulica a las ruedas de los molinos, a los cultivos del campo y a las familias de obreros y jornaleros de las fábricas.

Las fábricas tuvieron una vida efímera pues en 1803 los bienes de Solecio son embargados y las industrias desmanteladas y destejadas por sus propios operarios para cobrar los jornales adeudados. Madoz en 1847 indica en su Diccionario:

El Arroyo de la Miel se haya completa- mente ruinoso, conteniendo algunas fábricas de papel blanco y de estraza, casi inservibles por falta de agua y en parte abandonadas por los censos de consideración que sobre ellas gravitan…

La actividad papelera de Arroyo de la Miel continuaría durante todo el siglo XIX e incluso una de las fábricas estuvo en uso hasta 1936, situada en calle Cauce.
El papel que se producía en estos molinos se destinaba como hemos dicho mayoritariamente a la producción de naipes de la Real Fábrica de Macharaviaya, pero también se obtenía papel de estraza para el embalaje de las famosas pasas de Málaga que se conseguían mediante secado natural y eran muy apreciadas en todo el mundo.
Hubo otro tipo de papel que se produjo también en Benalmádena y sobre todo en los cercanos batanes papeleros de Mijas, el famoso papel de lechos que se utilizaba en envasado y etiquetado final de los productos que se exportaban de Málaga.
Todos estos papeles se hacían por el procedimiento tradicional del machacado de trapos viejos que se dejaban cuajar en tinas con agua antes de ser golpeados por los mazos del batán hasta obtener la pasta de celulosa de la que se extraía el papel.






Descripción
Los seis molinos papeleros se llamaban: Los Fundadores, San Bonifacio, Santa Rita y la Victoria, dedicados a la producción de papel blanco. Y los molinos de San Nicolás y Los Apóstoles, dedica- dos a papel de estraza.
El también conocido como cortijo de San Carlos ha dejado algunas huellas en la actual población de Arroyo de la Miel. Uno de esos vestigios es el Edificio conocido como la Fabriquilla, situado en la avenida de Erasa y donde aún se conserva un molino y una escultura de Solecio. En la plaza de la Tribuna hay un edificio del mismo nombre que fue parte también de la fábrica de naipes. En la calle ciudad de Melilla quedan unos arcos del acueducto que suministraba energía a los molinos y agua para el regadío. 





BILIOGRAFÍA 

Balmaceda, J. C. Los batanes de Málaga y su provincia. Málaga. 1998.

Balcameda, J. C. “La industria papelera de Mijas en tiempos de la industrialización malagueña” En Chiclana, 16. 2003. Málaga.





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